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Lo que el minimalismo me dio

 Es común para muchas personas hacer una especie de balance, donde las cosas que quiere decidir o defender tienen que ver con lo que se proponen de primera mano. A ver, explico más en detalle esto.  Cuando queremos decidirnos por una actividad, una acción, un hecho, una costumbre, o una persona con quien nos queremos involucrar, hacemos balances. Vemos lo que aquello nos puede quitar, nos puede dar, nos puede enseñar (aunque, a decir verdad, estas listas nunca se cumplen).  Entonces, sumamos expectativas y elementos a la lista. Pensamos en cómo queremos que sea algo y ponemos todo de nuestro poder para que eso se cumpla de la manera más precisa posible, aunque no podemos controlarlo todo.  Esto mismo me pasó cuando empecé con el minimalismo de manera ingenua y novata. Realmente no pensaba en que fuera a darme las respuestas que no buscaba pero que necesitaba, solamente quería ajustar mi estilo de vida de manera acorde a mis pensamientos. Pero ni siquiera algo tan simple, como un balanc

Lo que el minimalismo me quitó

Considero que para hablar de algo es necesario conocerlo, lo suficiente como para que la palabra de quien la usa tenga valor. No validez, pues para eso hay otras estrategias y otra intención, que no comparto en este espacio, pero si se trata de una filosofía de lo esencial, necesitamos transmitir el valor que algo nos otorga. Dicho esto, debo sincerarme, no soy minimalista hace tantos años como otras personas, eso es seguro, tengo 25 años y casi 4 siéndolo. En este tiempo me pude enterar, entre idas y vueltas, de cosas que hizo en mí el minimalismo. Y, nuevamente, para que esto tenga valor, debo hablar de lo que me dio, así como de lo que me quitó el minimalismo.  Sin pretender hacer de esto un ensayo extenso: me quitó objetos, amuletos, anillos, joyería,  colecciones, libros, dibujos, cuadernos, uno que otro regalo de gente que no recuerdo, algunos textos y tres borradores de libros. Me quitó peso, en más de un sentido, me quitó el caos de mi vida, me quitó la presión de pertenecer a

Ponerse límites no es limitarse

Estudios, trabajos, proyectos, relaciones personales. A veces, está bueno decir basta. Nos acostumbramos a estar cargados de cuestiones que superan nuestra salud, tiempo, energías, porque se nos enseñó de manera implícita que nuestro valor existe en función de lo bien que hagamos algo o de la cantidad de cosas que podamos hacer. En mi caso tenía el malabar de ser rapero, escribir un libro de ensayos, de poemas, mantener mis estudios de manera sobresaliente, querer hacer una radio, trabajar de algo que no me gustaba y cultivar mis relaciones interpersonales de manera efectiva. Quería estar en todo, al mismo tiempo, por día, y preservas mis energías durmiendo menos de cuatro horas por noche.  Evidentemente esto no funcionó, ya te conté sobre cómo me hice pedazos a mí mismo por arrastrar la piedra de Sísifo, pero también tenía toda esa mochila que acabo de describir. No fue sencillo entender que las cosas que no eran urgentes podía dejarlas para hacerme cargo de lo esencial. Después de to

Lo esencial... se hace visible a los golpes

El minimalismo, en esencia, se puso frente a mí como la única manera de no desesperarme. Cuando me vi frente a una vida totalmente incierta, con la duda rodeando por todos lados, no pude hacer más que darme cuenta de que llevaba así casi toda mi vida sin entender o pretender entender qué era lo que realmente importaba. Eso me llevó a tener que enfrentarme a una vida de satisfacciones ajenas y de ser condescendiente por el mero hecho de no quererme enfrentar al dar explicaciones o deberle nada a nadie. Me debía una vida a mí mismo. Viví toda mi adolescencia, y parte de mi juventud, negándome a entender las profundidades del ser, pero me encantaba hundir mis narices en los ríos de tinta que otras personas le dedicaban al excelente placer del autodescubrimiento. El  γνωθι σεαυτόν te invita a conocerte a vos mismo, pero no te dice nada de lo que te puede pasar si lo haces y te aventuras a ese mundo.   Empecé, decidido a entenderme, a emplear de manera performativa el minimalismo, asegurán